Os quiero hablar de organización material, otra de las facetas que he descubierto gracias al minimalismo. Antes intentaba mantener las cosas en orden y siempre se me iba de las manos, o las tenía «tan bien ordenadas» que no las encontraba y volvía a comprar algo similar, al cabo de un tiempo… ¡oh sorpresa! aparecían las primeras.
Por eso os quiero hablar hoy de un objeto que para mí es un aliado para el tema de la organización, las cajas. las uso para absolutamente todo, siempre las he usado, pero es ahora cuando he descubierto su máximo potencial, el hecho de tenerlo todo bien categorizado.
Me encanta categorizar, lo categorizo todo. Todo tiene su sitio en una caja (o casi todo) y esa caja tiene su lugar en un emplazamiento en concreto.
Por ejemplo, si alguien va a poner la lavadora y necesita poner nueces de lavado o jabón de marsella, sabe que tiene que ir al armario de al lado de la lavadora y, en la caja correspondiente, tendrá lo que busca. Igual que si mi peque quiere jugar con un puzzle: se va a su mesita de noche donde está la caja con los puzzles en sobres (de esto os hablaré más adelante).
Todo, todito, todo en cajas, y cualquier caja nos sirve: empieza por las de cartón, de esas que te llegan cuando haces alguna compra online, las cajas de zapatos, las de algún producto que hayas comprado hace tiempo y del que guardas aún la caja, para ir compartimentando las estancias de cada habitación (yo aún uso la caja de mi impresora de fotos para guardar los platos que no usamos, somos tres y tenemos tres platos, los demás los guardamos para cuando se vayan rompiendo los que están en uso)
Y ya, más adelante, si necesitas más cajas mide el espacio que requiere, en mi caso compré cajas para la ropa del peque (en una tiene la ropa interior, en otra las camisetas, en otra los pantalones y, en la última las sudaderas) pues medí el espacio que tenía el cajón y compré en consecuencia, de esta manera el cajón queda dividido sin espacios y todo aprovechable, para él resulta sencillo sacar lo que necesita y para guardarlo es igual de fácil.
Se me ha olvidado algo que he dado por hecho: las cajas abiertas, siempre, de esta manera de un vistazo podemos ver lo que hay dentro y guardarlo sin tener que abrir las tapas, aunque cerradas visualmente quedan mejor es mucho más engorroso nuestro «flujo de vida por la casa» con ellas.
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